Iba un viejito por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz. Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:
- 'Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor. La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero si me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir'.
El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo.
Asoma la cabeza la ranita y le pregunta muy desconcertada:
-¿Qué? ¿No me vas a besar?
- ¡No! respondió el viejecito, a mi edad es más divertido tener una rana que habla, que una maniática sexual
3 comentarios:
¡No me queda otra que dejarte comentario!!, seguro que ya te resultaré pesada, pero es que al final del dia es un gustazo pasar por tu blog, mi marido y yo nos reimos un montón, y chico eso es de agradecer, que tal como están los tiempos es una terapia.
Un beso amigo y gracias por alegrarnos el final del dia.
Fabia.
hola a.l
realmente excelente, cuando llegue a la edad del viejecito ya se que contestar si me encuentro a un sapo.
saludos
Gracias Alma y Gracias Fabia. Me alegro que os gusten las gracietas. Y a ti Alma cuidado con los sapos igual son hadas!!!
Un abrazo fraterno
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