Un hombre acude a su parroquia y le dice al párroco:
-Buenas, venía a ver si me puede bautizar al perro.
-¿Pero qué dice? Los perros no se bautizan, se pueden
bendecir solo el día de San Antonio, pero nada más, si usted quiere.
-No y no. Yo quiero que lo bautice.
-Que le digo a usted que no.
-Padre, es que el perro es como de la familia... además si lo bautiza le dejaremos a la parroquia un donativo de 10.000 €.
-Bueno, la verdad es que..., si me lo trae ahora... pero rápido.
A los dos meses viene el obispo de visita y se fija en el nuevo órgano, en el nuevo retablo, en los nuevos bancos y le dice al párroco:
-Pero no me habías dicho que la parroquia estaba mal de economía.
-Si... pero...(llorando) Señor obispo , no se lo puedo ocultar, un hombre me pago si le bautizaba a su perro acepté. ¡Buuuuaaaaaa!
-Pero... ¿Tú que has hecho insensato?, Un sacramento a un animal?... eso va contra los preceptos de la Iglesia, mal cura, desgraciado, ignorante....
¿Por cuánto se lo bautizaste? dice el obispo.
-Por 10.000 € Señor obispo.
-¡10.000 € !..(más tranquilo) Y... ¿no te dijo nada de la primera comunión?