El zoológico de Huelva compró un gorila hembra.
Tras unas semanas, la gorila se volvió irritable y difícil de manejar, después de examinarla el veterinario determinó que estaba en celo, lo que era un gran problema ya que no había ningún macho de esa especie disponible.
Tras pensarlo detenidamente, el administrador del zoológico reparó en Saturnino, un empleado bastante feo que era de Lepe, encargado de limpiar las jaulas.
Saturnino tenía reputación de que, por lo bien dotado, podía satisfacer a cualquier mujer, y como no parecía muy listo, tal vez podría convencerlo de que le hiciera el favor a la gorila, así que le dijo :
-¿Aceptarías tener relaciones con la gorila por 500 euros?
Saturnino dijo que podría interesarle, pero que necesitaba pensarlo un poco.
Al día siguiente Saturnino dijo que aceptaba, pero con tres condiciones:
-Primera, nada de besos.
-Vale, dijo de inmediato el administrador.
-Segunda, no quiero saber nada de hijos.
-¡De acuerdo, no hay problema!... pero, ¿y la tercera?
-Bueno... pues que necesito por lo menos otra semana para juntar los 500 euros.
6 comentarios:
Es que 500 euros no se consiguen así como así. Todo cuesta, recuerda el eslogan de Fama.
Esto es un vendedor, y no los del Corte Inglés
Juan no tenía problemas y era feliz. Un día empezó a sufrir dolores de cabeza, ligeros al principio, pero que fueron aumentando hasta llegar a ser insoportables.
Cuando su trabajo y su vida empezaron a ser afectados por el problema, y se decidió a ir al médico.
El especialista lo examinó, realizó radiografías, muestras de sangre, de heces, de orina, y le dijo:
Tengo una noticia buena y una mala.
La buena es que puedo curarle de sus dolores de cabeza.
La mala es que para hacerlo tendré que castrarlo.
Usted sufre una rara situación en la que sus testículos le oprimen la
base de su columna vertebral,
y eso le causa dolores de cabeza. La única manera de remediarlo es
extirpar sus testículos.
Juan quedó deprimido, sus jaquecas empeoraban; desesperado decidió
someterse a la operación.
Al salir del hospital, el dolor de cabeza había desaparecido por
completo, pero se sentía abatido y desanimado, como si le faltara una parte de sí mismo (obviamente).
-Lo que necesito es un traje nuevo- se dijo
Así que entró en la tienda y pidió un traje.
El vendedor lo observó por un momento y dijo:
Muy bien, talla 44.
-¡Exacto! ¿Cómo lo supo?.
- Es mi trabajo -repuso el vendedor-.
Juan se probó el traje, que le quedó perfectamente. Mientras se
observaba en el espejo, el vendedor le dijo:
-¿Qué le parece una camisa nueva?
Juan respondió:
-Pues, ¿por qué no?
-Veamos, ha de ser un 34 de mangas y dieciséis de cuello.
- ¿Cómo lo supo?
-Es mi trabajo -repitió el vendedor-.
Juan se puso la camisa y mientras se veía en el espejo, el vendedor le dijo:
-¿Unos zapatos nuevos?
-Por supuesto -dijo-.
El vendedor echó un vistazo a los pies de Juan.
-Un 42
-¡Exacto! ¿Cómo lo supo?
- Es mi trabajo -respondió el vendedor-
Mientras Juan admiraba sus zapatos nuevos, el vendedor le preguntó:
-¿Qué le parece si se lleva también unos calzoncillos nuevos?
Juan por un segundo pensó en la operación que acababa de sufrir, y dijo:
-¡Buena idea!
-Debe ser calzoncillo de talla 36 -dijo el vendedor
Juan se rió:
-No, se equivoca. He usado talla 32 desde los dieciocho años.
El vendedor negó con la cabeza: -No es posible que use la 32; el
calzoncillo estaría demasiado apretado, le presionaría los huevos contra la base de la columna, a través de la médula espinal y tendría todo el día un tremendo dolor de cabeza......
Ay, qué bueno que está este sitio, tan divertida la entrada como los comentarios! Felicitaciones! Un abrazo.
Pues si que cuesta reunir 500 euros y más con la crisis :)
Un abrazo Novelda
jajajaj Felix, gracias por el aporte. Es una suerte no padecer de dolor de cabeza porsi... :)
Un abrazo y buen finde
Gracias Cris, no tenemos otra que tomarnos las cosas con buen humor. La alternativa es mucho peor.
Un abrazo
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