Llega el Conde a su mansión.
El mayordomo como siempre, atento le abre la puerta, agacha la cabeza y reverencialmente le saluda:
- Adelante, hijo de la gran puta, ¿de dónde viene el señor Conde, para variar con esa cara de huevón?
A lo que el Conde le contesta:
- De comprarme un audífono.
El mayordomo como siempre, atento le abre la puerta, agacha la cabeza y reverencialmente le saluda:
- Adelante, hijo de la gran puta, ¿de dónde viene el señor Conde, para variar con esa cara de huevón?
A lo que el Conde le contesta:
- De comprarme un audífono.
4 comentarios:
Si es que hay que ser más prudente... hala, otro a la cola del paro,je,je. Abrazos
Buenísimo, quiero más, cariños
¡MUY BUENO! que bien encontrar un rincon para sonreir.
Besinos.
Gracias, gracias, gracias!!!!!
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